La desinformación se ha convertido en uno de los mayores desafíos para el periodismo moderno y las consultorías enfocadas en estrategias de comunicación. Comprender cómo se genera y por qué medios se difunde es esencial para combatir sus efectos perjudiciales.
En este artículo, exploramos las principales vías por las cuales la desinformación se propaga y las formas más comunes que todo profesional debe reconocer.
¿Cómo se genera la desinformación y por qué medios se comparte?
La desinformación surge cuando se crean o manipulan contenidos con la intención de engañar. A diferencia de la información incorrecta que se difunde sin malicia, la desinformación busca manipular la opinión pública. Esta práctica puede originarse desde actores individuales hasta organizaciones bien financiadas con fines políticos, económicos o sociales.
Los principales medios a través de los cuales se comparte la desinformación son:
Redes sociales: Plataformas como Facebook, Twitter y TikTok facilitan la rápida diseminación de información falsa debido a su alcance masivo.
Mensajería privada: Servicios como WhatsApp y Telegram dificultan la detección del contenido engañoso debido a su carácter cifrado.
Sitios web y blogs de baja reputación: Muchos portales son creados exclusivamente para propagar noticias falsas.
¿Qué formas de desinformación son comunes?
Existen diversas tácticas utilizadas para manipular a las audiencias. A continuación, destacamos tres formas de desinformación que deberías conocer:
- Fotos reales manipuladas con rostros falsos
La tecnología deepfake permite combinar fotos genuinas con rostros falsificados para crear situaciones ficticias que nunca ocurrieron. Estas imágenes son utilizadas para desacreditar a figuras públicas o para difundir rumores infundados.
Ejemplo: Una imagen de un evento público en la que se inserta el rostro de un político para sugerir su participación, aunque en realidad nunca estuvo presente.
- Titulares falsos usando el diseño de medios reconocidos
Los falsificadores replican el diseño de portales de noticias legítimos para dar credibilidad a titulares engañosos.
Ejemplo: Un sitio web que imita a un diario conocido con un titular alarmista, como un anuncio falso de crisis económica inminente.
- Capturas de pantalla inventadas de políticos
El uso de capturas de pantalla manipuladas para mostrar declaraciones ficticias es una estrategia común.
Ejemplo: Una supuesta publicación de Twitter donde un político hace comentarios ofensivos que nunca realizó.
Conclusión
En el campo del periodismo y la consultoría, comprender las tácticas de desinformación es fundamental para mantener la integridad de la información y proteger la confianza del público.
Las fotos manipuladas, los titulares falsos y las capturas de pantalla inventadas representan solo algunas de las amenazas más frecuentes. Aprender a identificarlas y educar a las audiencias sobre cómo verificar la veracidad de la información es un paso esencial para combatir esta problemática creciente.